lunes, 26 de marzo de 2007

Potencia tus emociones positivas

POTENCIA TUS EMOCIONES POSITIVAS

“Todos somos capaces de sentir emociones positivas, pero solemos fijarnos más en las negativas. Si nos habituamos a nombrar y apreciar la alegría, el humor, el amor . . . cambiará nuestra forma de ver el mundo”. (Vera, B:2007. “Emociones Positivas”. Mente Sana. Num.24).

Son muchos los psicólogos que afirman que existen en todo ser humano un conjunto de emociones básicas, las cuales podemos reconocer en cualquier cultura del mundo. Por ejemplo; el miedo, la cólera, la tristeza, el asco, la culpa, la vergüenza y la ansiedad son emociones que puede sentir y diferenciar cualquier persona independientemente de su lugar de origen, quizás, me permita matizar que lo que podría cambiar entre culturas es el grado de intensidad con las que se vivan.

Según las investigaciones y estudios de diversos psicólogos, entre ellos Beatriz Vera que es psicóloga especialista en psicología positiva, es más fácil identificar una emoción negativa. Esto es debido a que el número total de palabras de las que disponemos en nuestro lenguaje cotidiano para ambos tipos de emociones, positivas y negativas, es mucho mayor y existen muchas más palabras y matices para referirse a las emociones desagradables que a las agradables.

No sé si ustedes, lectores y compañero/as, al leer lo expuesto os habréis planteado si este desequilibrio entre ambas emociones puede influenciar en la frecuencia con que sentimos unas y otras. Beatriz Vera nos plantea la siguiente pregunta: ¿es posible que experimentemos menos sentimientos positivos que negativos?. Y su respuesta es SI, aunque matiza que en realidad lo que nos ocurre es que somos menos conscientes de nuestros estados emocionales agradables que de los desagradables, y por eso podemos tener la sensación de que experimentamos más emociones positivas que negativas.

Sobre las emociones se ha escrito mucho pero es verdaderamente difícil de estudiar ya que es algo que no se puede ni medir ni tocar, lo que es indudable, y lo que cada uno de nosotros hemos podido vivir en algún momento de nuestras vidas . . . es que todos preferiríamos no sentir emociones dolorosas y desagradables, sin embargo, los psicólogos nos insisten en que no es malo experimentar estas emociones negativas. De hecho son necesarias, pues cumplen una función para la supervivencia de las personas, ya que son la alarma que nos previene de los peligros del entorno y tienen un valor adaptativo importantísimo. Las emociones positivas también cumplen su función, nos conduce a estados mentales y a formas de actuar que nos ayudan a superar las dificultades diarias, Éstas desarrollan nuestros recursos intelectuales, físicos y sociales, y los fortalecen. “Con ayuda de las emociones positivas, podemos conseguir sobreponernos a los momentos difíciles e, incluso, salir fortalecidos de ellos” (Beatriz Vera).

En definitiva, consiste en mantener un equilibrio entre ambas, mientras las negativas nos obligan a centrarnos exclusivamente en un problema con el fin de resolverlo, las positivas nos incitan a adoptar un pensamiento creativo, tolerante y constructivo.

Elena Dorado Guzmán.

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