lunes, 9 de abril de 2007

El optimismo en manos del directivo


“Optimismo no es verlo todo con las gafas de color rosa, sino que es trabajar de la mejor forma para vencer las adversidades”

Cada persona no es optimista o pesimista, sino que cada uno de nosotros somos optimistas y pesimistas. Algunas veces utilizamos más una faceta optimista y otras una faceta pesimista, pero siempre utilizamos más una que otra por diversos motivos.

En el momento en que las personas toman una actitud optimista y ocurre un infortunio creen que es un “golpe de mala suerte pasajero”, mientras que si el mismo hecho le ocurre a una persona pesimista creerá que es “irreversible” y que sus consecuencias tendrán efectos para siempre.

A través de un estudio científico realizado con mellizos monocigoticos se ha demostrado estadísticamente que el 40% del pesimismo está controlado por factores genéticos, mientras que en el caso del optimismo sólo dependen el 25% de los genes, por lo que quedó comprobado que resulta más eficaz potenciar el optimismo a través del carácter y los valores culturales de las personas, que intentar reducir el pesimismo.

El optimismo facilita una mayor implicación personal, ser ambicioso y ayuda a encajar éxitos y fracasos positivamente, con espíritu de aprendizaje, por ello en los equipos de trabajo es esencial el desarrollo de ambientes en donde a pesar de la crisis, existan propósitos para mantener el ánimo y la actitud de competencia que las personas dentro de las empresas requieren para su mantenimiento y desarrollo.

En esa línea de ideas, todos los gerentes pueden desarrollar acciones vinculadas a optimizar sus resultados y crear con las personas de sus equipos de trabajo, un ambiente propio que les permita enfrentar las situaciones críticas del trabajo y convertirlas en oportunidad, lo que conlleva una gran dosis de optimismo por parte del líder.

Los directivos deben aprender a gestionar sus equipos, equilibrando las personas optimistas con las pesimistas con lo que obtendrá resultados óptimos de su equipo debido a que los pesimistas prestan mayor atención a las adversidades (identificación de problemas) y los optimistas se centran en como vencerlas (resolución de problemas). Para conseguir un buen equilibrio, el líder, indudablemente, será un optimista nato y promoverá entre sus colaboradores recuerdos positivos, valorará sus actuaciones, agradeciendo la colaboración y perdonando determinadas actitudes. Así estará potenciando el optimismo de los que le rodean y conformará un grupo de trabajo que derroche optimismo y energía.

El nivel de optimismo en las organizaciones también depende del grado de libertad que ofrezca el líder, de su delegación de responsabilidades, de la sensación de justicia y seguridad del puesto y condiciones de trabajo que perciba cada empleado.

Aunque no existen formulas mágicas que funcionen en la realidad, el conocimiento que surge del estudio del comportamiento de las personas dentro del trabajo, permite proponer algunas acciones, que pueden ser útiles, para aquellos que tienen que dirigir u orientar el trabajo de otros en condiciones críticas:
  • Manejar los Factores Higiénicos con “cinco centavos agregados”: son todos aquellos aspectos que se espera, se tengan que cumplir dentro del trabajo: pago a tiempo, sueldo completo tal como se ha ofrecido y de ser posible, pensar en acciones de incentivo que estimulen a las personas en ocasiones especiales.
  • Conformación de un verdadero equipo: en circunstancias de amenaza los seres vivos tienden a integrarse en grupos, como seres humanos, el equipo brinda la oportunidad de dar y recibir apoyo, esto permite sobrepasar en mejor forma, los impactos emocionales que las crisis generan.
  • Reuniones, orientación, comunicación y apoyo constante: el manejo de la información dentro de la crisis permite que las personas tengan una “una válvula de escape” para los problemas que las situaciones diarias generen. No obstante, para que se cumpla, debe crearse una ambiente de respeto y confianza entre las personas que conforman los grupos de trabajo.
  • Prevenir el conflicto y eliminar las luchas de poder: cuando las organizaciones se desgastan por la crisis y los factores externos que la provocan, es importante prevenir los elementos internos que puedan erosionar el ánimo de los miembros de la organización. En tal sentido, la creación de un clima de cooperación y de competencia sana entre los miembros de la empresa es importante.
  • Incentivar y premiar los resultados: parte de la creación de un clima de optimismo viene de reconocer los logros “a pesar del mal tiempo”. En tales circunstancias, el reconocimiento mantiene un ambiente optimista.
  • Preparación, preparación y más preparación: la responsabilidad de la conducción y dirección en tiempos de crisis, exige también contar con recursos nuevos por parte del gerente. Esto requiere que el líder se capacite, tanto en nuevos enfoques de negocio y gerencia, como en aspectos vinculados a la comprensión de las personas. Lo anterior supone, lecturas, asistencia a seminarios e intercambio de experiencias con otros ejecutivos que han manejado con éxito situaciones de crisis.
  • Actividades colectivas que incluyan acción: el ejercicio y la actividad social compartida, suelen crear cohesión y mejora el ánimo de las personas. Por tal razón, incluir estas dentro de las acciones de soporte para la crisis, suelen redundar en elementos de mantenimiento para mantener ágiles y dispuestas a las personas de la organización.

Los puntos anteriores usados de forma individual o en conjunto, pueden servir como guía, para que las crisis dentro de las organizaciones, generen aprendizajes positivos en sus integrantes.


“El optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad” (Churchill)


Belén Oreiro López
Universidad Carlos III de Madrid
Master en Dirección de RR.HH.

4 comentarios:

Veamos... dijo...

Bien...bien....para un "Master", esto de copiar y pegar es una cosa muy fea, muy fea...veamos..enero de 2.006 por internet...y ......hhttp://liderarpersonas.blogspot.com/2006_01_01_archive.htmlavgas

¡Sorpresa!, en enero de 2.006, alguien ya escribió lo mismo, un año antes!!!

Esto es una cosa muy fea.

Veamos... dijo...

Bueno...bueno....veamos....en el comienzo del análisis de supuesta base empírica (más bien base estadística, que ya es harina de otro costal), tenemos un pequeño fallo (con todos mis respetos a David Lukken, Robert Plomin y Peter Schulman, que aún no siendo citados, son los creadores de esta "teoría"). Y es que la felicidad es una Idea histórica y culturalmente conformada. La influencia de los genes podrá reconocerse en todo lo que concierne a la conformación física, inclinación a la enfermedad, etc, pero....uy..uy... pero nada de esto puede confundirse con la felicidad, el optimsimo, la alegría....

Bueno...para una Carlos III, no está mal...

Veamos... dijo...

Veamos....uy...uy..buscando...buscando...
http://www.mujeresdeempresa.com/relaciones_humanas/relaciones040701.shtml

¡En el 2.004 ya está escrito el resto del artículo!.

¡¡Esto es de "master" del Universo!!. Copia y pega.... copia y pega...se habrá gastado el ratón.

MURTEAGA dijo...

Que tal MASTER resulto ser??, como se nota que el mundo hay cada mediocre que quiere ser algo en la vida por pensamientos o trabajos de otros, verguenza deberia de darle el de poner el nombre de la universidad en que estudio, ya que no tienen la culpa de tener a tal calidad de seudo profesional.