domingo, 25 de marzo de 2007

Auto-reinvención: requisito para el desarrollo de nuestras Habilidades Sociales


“Para que una organización viva y no sólo sobreviva, hay que ser coautor del viaje de la transformación (cambio)… Ser coautor significa crecer y hacer crecer.. Es hacerse consciente tanto como sea posible de lo que está pasando...”

Todo ser humano y actividad social está influenciada por cuatro principios:

Repetición: es como una clonación, el hecho de realizar todos los días lo mismo todo el tiempo, a esto le llamamos hábitos y procedimientos.

Creación: significa construir algo nuevo, “con otro cuerpo y otra piel”. Lo que se crea nunca es estático, ni inmutable siempre está reconvirtiéndose. El ser humano en el primer año de vida es reproducción pero a medida que se independiza de los padres volviéndose interdependiente, tiene todo el potencial para ser creación.

Reproducción: es el resultado de la combinación de dos elementos, emergiendo un tercero, que tiene características de los dos que le dieron origen pero también tiene características propias. El ejemplo más vivo es la reproducción sexual.

Innovación: la diferencia de este principio con la creación radica en la difusión de lo creado, la innovación es la creación multiplicada y propagada.

Todos estos principios son necesarios para la vida y para las organizaciones, una es condición de la otra, en sí mismas no son ni buenas ni malas, lo importante es encontrar un equilibrio entre estas cuatro fuerzas.
David Gutmann
Consultor en Transformación Organizacional
Psychoanalysis and Management

Sería interesante preguntarnos ¿cuál de estas fuerzas dirigen nuestro día a día y nuestros comportamientos?, ¿buscamos un equilibrio entre estas?, ¿nos sorprendería darnos cuenta que quizás el mayor porcentaje de nuestras acciones están guiadas por la repetición? Que duda cabe que los hábitos son importantes y nos permiten vivir de manera saludable, sería un tanto caótico no tener claro a que hora dormimos, comemos, nos levantamos, o no poder tener ciertos esquemas mentales que nos permitan predecir ciertas situaciones y comportamientos; eso es parte de nuestra adaptación. Pero ¿cuántos de nuestros comportamientos diarios los convertimos en hábitos inmodificables, sin necesidad de que los sean?, tornándose poco saludables para nosotros mismos y para nuestras relación con los demás.

Sucede a menudo que el principio de la repetición es amigo fiel de la manera como interpretamos, sentimos y actuamos respecto a nosotros mismos y a los demás; por lo que nos es difícil mirarnos y sentirnos a nosotros mismos desde otra perspectiva y en nuestra relación con los demás. En este sentido, las habilidades sociales que mostremos estarán influenciadas por esta visión estática y poco modificable de nuestro vivir. Sin embargo y paradójicamente; parafraseando a Fernando Savater, filósofo español, el ser humano tiene la envidiable capacidad de “re-inventarse y re-crearse” en todo momento, tenemos la facultad de transformar y re-construir nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos, tenemos la energía creadora y transformadora, pero ¿qué tanto la usamos? o más aún ¿qué tan conscientes somos de dicha capacidad?

Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con las Habilidades Sociales? Muchísimo. No nos sorprenderá haber escuchado en otras personas o en nosotros mismos frases como “no me es posible cambiar, yo soy así”. Si bien, somos fruto de nuestra historia personal, crianza, personalidad y cultura; no estamos condenados por ellos, quiero decir que dichos elementos son útiles para entendernos como también lo son para transformarnos, utilizando nuestra capacidad creadora. Quién sabe y nosotros mismos sepamos mucho más respecto a las claves para desarrollar nuestras propias habilidades sociales que muchos libros de autoayuda respecto al tema. Claro, siempre tenemos la intensa tentación de usar como excusa los elementos como personalidad, crianza, cultura, etc., para eximirnos de la responsabilidad que nos confiere la posibilidad de reconstruirnos.

Fredy Kofman, estudioso del Desarrollo y Aprendizaje en las Organizaciones, menciona que tenemos dos posibilidades de reaccionar ante las situaciones y ante nosotros mismos: ser víctimas o protagonistas, la primera se concentra en las variables exógenas (circunstancias fuera de su control), por tanto muy pocas posibilidades de revertir la situación; y la segunda se concentra en variables internas, por tanto se pueden emprender acciones para transformar las situaciones. En realidad depende de nosotros como elegimos responder frente a nosotros y a los demás: si como protagonistas o víctimas. Sería interesante, llevar a esta dos posibilidades de reacción a nuestro día a día laboral y preguntarnos ¿cuál es nuestra actitud frente a las diferentes situaciones que se nos presentan?, por ejemplo frente a un jefe con el que no nos llevamos bien y cuestionarnos ¿qué es lo hemos hecho para transformar la situación?, ¿hemos intentado cambiar nuestras percepciones, interpretaciones y acciones? o ¿hemos más bien caído en la tentación de decir la “situación es imposible de cambiar? Aún así, si adoptamos la posición de víctimas podemos preguntarnos ¿qué nos lleva a tomar esa postura? y ¿qué tan cómodos nos sentimos con ella?, si persistimos en dicha reacción, también nos ayudará preguntarnos ¿por qué queremos mantener una actitud que no nos hace sentir bien? Ser conscientes de nuestra capacidad creadora nos dará la posibilidad de mantenernos más alertas para no repetir dicho patrón de comportamiento cuando tengamos gente a cargo, no nos vaya a ocurrir más adelante escuchar a algún colaborador de nuestro equipo “es imposible que mi jefe cambie”… entonces nuestra capacidad creadora se habrá diluido en el tiempo.

Queda claro la importancia de reconocer la capacidad creadora que tenemos, para luego buscar utilizarla; pero que duda cabe que eso no es tan fácil como decirlo. Sin embargo, el reconocer que tenemos esa capacidad y asumir un rol activo y transformador en nuestro día a día, es fundamental. Si miramos bien, veremos que muchos de los obstáculos que frenan dicha energía creadora están en nosotros mismos, en nuestros condicionamientos, esquemas mentales, apegos y temores; darles una mirada atenta y sin juzgarlos nos ayudará a transformarnos, acoger y valorar el principio de “creación” del que nos habla Gutmann, luego pasar a “innovar” en nuestras organizaciones y en los diferentes contextos en los que nos desenvolvemos.

Shirley Documet.
Universidad Carlos III de Madrid
Master en Dirección de RRHH

Lecturas y actividades recomendadas:

- Gutmann, D. Psychoanalysis and Management.
- Kofman, F. Meta-management.
- Savater, F. La ética para Amador.

*Auto-observación y auto-cuestionamiento de nuestros comportamientos

1 comentario:

Rike Ibañez dijo...

No habian comentarios por que es muy nuevo esto
o por que pocos se han planeado esto de la Auto Re-Creación
Para mi est5os es Arte y Cultura si lo contectualizamos en
La Sociedad "de la información del Conocimiento de la Inteligencia Artifical"
¿Donde está el factor humano en la sociedad actual 2019 - 2020?